Vencer la tentación es entender lo que Satanás se propone y el cómo lo lleva a cabo.
2 Corintio 2:11 “…para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.”
Existen muchos malentendidos o teorías comunes referente a la tentación, que moldean nuestra manera de pensar y de hacer. Nos dañan porque crean expectativas irreales, acciones que Dios nunca pensó para nosotros. Analizaremos 6 de ellas.
1.- Ser tentado es pecar
Cuando viene la tentación generalmente llega con sentimientos asociados. A veces es tan grande lo que sentimos que nos sentimos culpables. Pero recuerda que no somos responsables de las ideas que afloran en nuestra mente, pero sí tenemos la obligación de controlarlas para que no nos dominen.
2 Corintios 10:5 “…derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo…”
Es preciso sacar lo malo de nuestra mente y colocar lo bueno. Obviamente podemos tomar medidas adicionales con lo que vemos, hacemos y decimos, pero siempre habrá sucesos o personas que nos llevan a tener pensamientos y sentimientos impíos.
Las tentaciones comienzan con un pensamiento, pero el pensamiento de hacer algo malo, aún combinado con el deseo de hacerlo, no es pecado, sólo es una tentación. La tentación no es pecado, sino la intención de Satanás de hacernos caer.
Recuerda que Jesús fue tentado en todo, tal como a nosotros, pero él nunca pecó.
Hebreos 4:15 “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
2.- Las personas espiritualmente maduras no son tentadas
Recuerda que siempre enfrentaremos tentaciones en nuestra vida. No importa si eres un creyente recién renacido o que lleva mucho tiempo en la palabra de Dios. Es más, mientras más piadosos seamos, más amenaza somos para Satanás y por tanto él trabajará más fuerte para hacernos caer.
Jesucristo estaba lleno del espíritu santo y fue tentado. De la misma manera, nosotros seremos tentados todo el tiempo.
Santiago 1:2-4 “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”
3.- Si vencemos un pecado, la tentación en esa esfera cesará
Pensar ésto es irreal. Podemos luchar contra un pecado por años y finalmente ser liberados. Incluso podemos caminar victoriosos y pensar que estamos más allá de ser tentado en ese punto. Pero la tentación siempre estará ahí. Satanás conoce nuestros puntos débiles, si nos ha hecho caer en alguna esfera antes, lo intentará nuevamente. Atacará otra vez.
Debemos comprender nuestra propia fragilidad. La tentación puede venir en cualquier momento. Y si llega en una esfera que pensábamos estaba sanada, podemos desalentarnos y pensar que todo sigue como antes, que nada ha cambiado. Nunca debemos descuidar nuestra relación con Dios. Debemos seguir estudiando, viviendo conforme a las escrituras, orar sin cesar, renovando nuestra mente.
Nos liberamos de la tentación diariamente. Todos los días podemos ser tentados y por eso cada día Dios nos da la victoria. Recuerda que Dios nos ha prometido que no nos dejará caer en tentación. Muy distinto a pensar que él nos librará de ser tentado.
4.- Caemos en tentación y pecamos
Falso. No caemos en tentación, no somos meros espectadores inocentes. Es una manera sutil de echarle la culpa a otro. Nosotros escogemos pecar.
En toda tentación siempre existe un punto en que podemos tomar una decisión. Obviamente Satanás podrá colocar mucha presión, pero siempre existirá el momento en que debemos decidir pecar o no pecar. La tentación no perjudica nuestra libertad de escoger. Somos responsables de nuestras acciones. Así que el pecar, debido a una tentación, es siempre el resultado de una decisión.
5.- Dios se decepciona cuando somos tentados
Cuando somos tentados surgen sentimientos de condenación y pensamos que Dios se decepciona de nosotros. Esto no es así. Dios es omnisciente y nada lo toma por sorpresa. ÉL conoce todas las tentaciones que vendrán a nuestra vida y el cómo responderemos a ellas. Por tanto no tiene forma de decepcionarse.
Las tentaciones son usadas para ayudarnos a desarrollar carácter y fe.
Santiago 1:2-4 “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”
Cuando somos tentados, nuestra fe y carácter son probados. Al resistir con éxito, salimos más fuertes. De hecho la tentación prueba nuestro amor por Cristo.
Santiago 1:12 “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.”
6.- La tentación se vence huyendo
El campo de batalla es la mente. Huir no siempre nos garantiza la victoria.
Es prudente evadir situaciones, lugares o personas que nos predisponen a ser tentados. Pero cambiar constantemente las circunstancias no implica vencer. Lo que debemos hacer es renovar nuestra mente, a fin de que Dios cambie nuestro carácter y corazón.
Lo que ocurre en nuestro interior, determina lo que pasa en el exterior. Dios no nos ha sacado del mundo, sino que nos ha dejado para que nosotros hagamos un impacto en el mundo.
Vamos a enfrentar siempre tentaciones, pero hay un tiempo para correr y otro tiempo para estar firmes.
Bendiciones en Cristo!!!
Gonzalo